A medida que se acerca la derrota de Ucrania en la guerra, los neoconservadores están desesperados por involucrar más a Estados Unidos en la lucha. Durante el fin de semana, la ex funcionaria del Departamento de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, dijo a ABC News que Estados Unidos debe ayudar a facilitar los ataques con misiles ucranianos en lo profundo del territorio ruso. Hasta este momento, la Administración Biden ha evitado involucrarse en tales ataques, probablemente porque el presidente ruso Vladimir Putin ha advertido que Rusia atacará cualquier instalación que suministre o facilite ataques dentro de Rusia, dondequiera que esté.
Es una clara advertencia de una potencia nuclear, pero cuando Nuland y sus compañeros neoconservadores ven fracasar su proyecto de Ucrania, exigen una escalada. Ésto es exactamente lo que hicieron en sus desastrosos proyectos anteriores, como la guerra de Irak, los ataques a Siria y Libia, y los 20 años de ocupación de Afghanistan. Para ellos, el fracaso nunca se debe a que fue una mala idea en primer lugar, sino a que no se invirtieron suficientes vidas y recursos en esa mala idea para crear un buen resultado.
Pero Rusia no es Irak ni es Libia. Esta vez están jugando con la Tercera Guerra Mundial y la destrucción nuclear, y nadie en DC parece preocupado.
El Jueves pasado, el presidente del Estado Mayor Conjunto, Charles Q. Brown, dijo que el despliegue de instructores de la OTAN en Ucrania era inevitable. “Eventualmente llegaremos allí, con el tiempo”, dijo. Por supuesto, así es exactamente como llegamos a la guerra de Vietnam, pero la Rusia de 2024 no es el Vietnam de finales de los años ‘50. La Rusia de hoy es un país que puede contraatacar y proyectar poder militar hasta la fuente, es decir, Estados Unidos.
¿Vale la pena morir en una guerra nuclear por el proyecto de Nuland en Ucrania?
Toda la participación de Estados Unidos en esta guerra proxy se ha basado en mentira tras mentira. Dijeron que teníamos que ayudar a Ucrania a derrotar a Rusia, porque estaba en juego la democracia misma. Luego, el presidente ucraniano Zelensky canceló las elecciones, por lo que nos dijeron que teníamos que ayudar a Ucrania a derrotar a Rusia porque Putin no se detendrá allí: ¡pronto marchará por Berlín, Londres y tal vez incluso New York!
¿No les recuerda cómo los neoconservadores nos advirtieron que Saddam Hussein iba a atacar el territorio continental de Estados Unidos con drones, y que estaba operando laboratorios móviles de armas? Cualquier cosa para que el público se una a su guerra.
El hecho es que los neoconservadores y los belicistas mienten constantemente. Harán lo que sea necesario para conseguir sus guerras y, lamentablemente, no tenemos medios de comunicación independientes en Estados Unidos como para desafiarlos por sus mentiras. Nuestros medios de comunicación están tan estrechamente vinculados con el complejo militar-industrial, que también participan en las ganancias de la guerra, por lo que no están dispuestos a causar problemas.
Cualquiera que piense que no podemos dejarnos atrapar por otra guerra como lo hicimos con la mentira de George W. Bush de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, no está prestando atención. Está sucediendo nuevamente, en tiempo real.
El hecho es que vivimos en una sociedad profundamente corrupta, dominada por individuos que no creen en la verdad. Cuando no crees en la verdad, no tendrás reparos en manipular a otros para que hagan tu voluntad. Así que, a menos que se les detenga, los neoconservadores como Nuland exigirán más ataques contra Rusia, más tropas estadounidenses en Ucrania, y más escalada. Hasta que Rusia contraataque. Entonces todo habrá terminado. Es ésto lo que queremos?
Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko