Disfrute, en la medida de lo posible, de mi prólogo al libro The Indoctrinated Brain, del Dr. Michael Nehls. En este libro que explica la neurociencia de la propaganda le helará el alma, pero puede explicar muchas cosas.
“En las últimas décadas, el público ha comprendido mucho mejor el hecho de que el cerebro es plástico (modificable)”.
Los lectores en general ya comprenden que el cerebro humano puede modificarse; y que las experiencias pueden modificar sus reacciones y procesos. Ahora entendemos, por ejemplo, que el trastorno de stress postraumático deja cambios duraderos en el funcionamiento del cerebro. Se ha establecido que la maternidad cambia el cerebro, y que el vínculo en sí es un proceso químico modificado por el cerebro.
También entendemos, como lectores en general, que la propaganda es real. Algunos de nosotros hemos estudiado propaganda en el pasado. Tenemos un conocimiento práctico de Joseph Goebbels y del arte y el oficio que subyacen en su fabricación del consentimiento nacionalsocialista. La obra de Edward Bernays, uno de los primeros profesionales de lo que se convirtió en el campo de las relaciones públicas, ha sido ampliamente leída en inglés. Los bestsellers de décadas de antigüedad, como Subliminal Seduction de Wilson Bryan Key, expusieron el hecho de que los anunciantes utilizan todas las herramientas a su disposición para alterar nuestras reacciones a sus productos, hasta el nivel de la mente subconsciente.
El público general moderno también comprende que los gobiernos utilizan “mensajes” (y, a menudo, propaganda de mano dura) para llevarnos a tomar medidas que pueden ir en contra de nuestros intereses o de nuestros juicios más conscientes; para crear prejuicios y divisiones que de otro modo no existirían; para aumentar los miedos y desencadenar en nosotros una sensación de vulnerabilidad, de modo que podamos ser mejor manipulados y guiados hacia objetivos que no son los nuestros.
Pero la tesis del Dr. Michael Nehls en este libro es revolucionaria porque reúne todos estos campos de investigación y propone un conjunto de preguntas tan radicales que hacen que los misterios de los últimos tres años encajen en su lugar. Este es el libro indispensable. En The Indoctrinated Brain, el Dr. Nehls reúne estas áreas de estudio de una manera que nunca antes se había hecho: aplicando la neurociencia a los extraños acontecimientos del pasado reciente, explica lo que le ha sucedido a la humanidad.
Muchos de nosotros hemos notado que nuestros seres queridos y colegas han cambiado. Después del lanzamiento de la inyección de ARNm, observamos que las personas que eran pensadores críticos con un alto nivel educativo, se han vuelto incapaces de pensar fuera de dos binarios simples. Observamos con asombro cómo seres queridos y amigos que antes eran sofisticados, regurgitan temas de conversación sin ser conscientes de sí mismos. Nos preguntamos por qué hay una sensación de que algo falta incipientemente cuando nos sentamos con un amigo vacunado o que teme al covid. No podemos comprender qué ha causado este cambio radical.
La hipótesis del Dr. Nehls puede explicarlo. “The Indoctrinated Brain introduce un poderoso mecanismo neurobiológico en gran parte desconocido, cuya disfunción inducida externamente subyace a estos desarrollos catastróficos”, señala el editor.
El Dr. Nehls sostiene que la proteína de pico, junto con otras medidas respecto del covid, representa un ataque intencional al hipocampo humano, donde se originan la memoria autobiográfica y la individualidad misma, y que la “pornografía del miedo” nos impide aferrarnos a los recuerdos autobiográficos que abarcan nuestros yo previos. Como resultado, los humanos se han desindividualizado, se han vuelto más sugestionables, más olvidadizos, más dóciles y menos capaces de participar en el pensamiento crítico y el razonamiento creativo. Este argumento concuerda totalmente con lo que muchos de nosotros vemos, para nuestro horror, todos los días. The Indoctrinated Brain del Dr. Nehls es un libro indispensable porque aplica la neurociencia a la política, y especialmente al fascismo. La necesidad de ésto ha existido desde que existe el fascismo moderno.
La neurociencia debería aplicarse a la política y al cambio social, pero es raro que esos campos de análisis se encuentren. Al reunir estos campos de conocimiento y mapear la ciencia neurológica frente a la propaganda, y viceversa, el Dr. Nehls aporta al lector conocimientos nuevos y vastos que no habrían sido antes posibles.
Después de leer The Indoctrinated Brain, Ud. pensará: “Por supuesto”. Por supuesto, la propaganda de los últimos años debe haberse basado en un estudio intensivo del cerebro y sus reacciones. Por supuesto, los miles de millones de dólares que recientemente gastaron y que actualmente gastan los Estados Unidos y otros gobiernos en ciencias y modificación de la conducta, darían como resultado ideas que serían aplicadas por los Estados Unidos y otros gobiernos para hacer que las poblaciones sean más manejables, menos capaces de razonar, menos creativos y más dóciles. De lo contrario, ¿por qué habrían gastado tanto los gobiernos en tales estudios? Por supuesto, los insistentes mensajes durante los últimos tres años, especialmente sobre el miedo, tendrían un efecto que no se refiere sólo a la salud pública, o tal vez ni siquiera a la salud pública –se trata más bien de hacer que los seres humanos en sociedades libres sean más manejables–, sino con la salud pública como excusa, proxy de este despliegue de miedo que altera la vida y la conciencia. Lo que importa no es la pornografía del miedo sobre algo aterrador específico, argumenta persuasivamente aquí el Dr. Nehls: el miedo en sí mismo puede ser despachado y entregado. El miedo mismo cambia y de hecho daña el cerebro.
Durante mucho tiempo he estado interesada en los efectos psiquiátricos de las intencionalidades tras los mensajes de “confinamientos” y “pandemia”. Pero no tenía la formación neurocientífica para comprender exactamente lo que se le estaba provocando a la gente a través de los “encierros” y la “pornografía del miedo” de los años de la pandemia relacionada con el virus.
A través de mi estudio de los efectos psiquiátricos de la tortura y el aislamiento, que realicé para un libro sobre el lock-down de las democracias, me di cuenta de que el aislamiento provoca cambios profundos y, a veces, permanentes en el cerebro. Sabía intuitivamente en los años posteriores al 11 de Septiembre –“Guerra Global contra el Terrorismo”– que el miedo constante desgastaría las facultades necesarias para el pensamiento crítico. Y apliqué esos conocimientos a los mensajes de aislamiento y miedo de 2020-2022. Pero no tenía la imagen completa.
The Indoctrinated Brain proporciona el conocimiento práctico que falta en la neurociencia, lo que explica por qué aislar a las personas crea una población más confusa y más fácil de manipular. Explica exactamente por qué un mensaje de que la cercanía con otros seres humanos puede matarte, o que puedes matar a otros (especialmente a tu abuela) a través de la cercanía física, lo que podría reconfigurar el cerebro humano para crear la vulnerabilidad al engaño, la mala ciencia y el pensamiento sectario de culto que muchos de nosotros observamos en nuestros seres queridos y amigos después de 2020; los mismos que antes poseían pensamiento crítico. Incluso plantea la cuestión de si la proteína de pico contribuye a la confusión mental y a la eliminación de la sensación de un yo autónomo, resiliente, individualizado y en búsqueda.
Si el Dr. Nehls tiene razón, su teoría aquí será tan importante como el descubrimiento del subconsciente por parte del Dr. Sigmund Freud; si no más. Si tiene razón, su teoría explica por qué los gobiernos de todo el mundo impusieron medidas de “bloqueo” e inyecciones de ARNm, que en última instancia no tendrían que ver con la salud pública sino con la creación de ciudadanos pasivos y manipulables. Si el Dr. Nehls tiene razón, ésto explica tantas características desconcertantes de los últimos tres años, en particular el hecho de que los líderes de instituciones anteriormente reflexivos y altamente individualizados, hasta los ciudadanos de base, siguieron dictados sectarios sin siquiera un murmullo, y persiguió objetivos sin sentido como el aislamiento, el enmascaramiento y la sumisión a los mandatos de inoculacion, sin protestar. La tesis del Dr. Nehls explicaría la extraña experiencia que estamos teniendo muchos de nosotros al observar cómo nuestros seres queridos, antes analíticos, se encuentran incapaces de mantener dos pensamientos en sus cabezas al mismo tiempo, incapaces de entablar un debate tranquilo sin explotar emocionalmente, incapaces de mantener contacto y conexión con personas con las que no están de acuerdo.
Mientras escribo, se está gestando otra crisis global, ésta en Medio Oriente. En un día, mis seres queridos, altamente educados y anteriormente escépticos, están repitiendo temas de conversación, evidentemente heredados de los medios, sin ninguna timidez. Es perturbador no saber por qué cambiarían de esta manera, y es aún más perturbador, aunque increíblemente esclarecedor, leer el argumento del Dr. Nehls y darse cuenta de cuál puede ser la causa de su sumisión a las narrativas propagandísticas. Hace que sea más fácil y más difícil lidiar con seres queridos, amigos y colegas que han sido intelectualmente embotados de esta manera, entender el punto de vista del Dr. Nehls y darse cuenta de que este triste cambio en la cognición podría ser simplemente físico –la proteína de pico– y neuropsiquiátrico –la repetición de mensajes de miedo y su impacto en el cerebro.
En mis redes sociales hoy, en un día en el que las noticias han traído imágenes de atrocidades interminables a nuestros medios de comunicación, y cuando nos dicen que este Viernes será un “Día de la Jihad” con muchos apuñalamientos, alguien escribió: “Protege tu amígdala”. Eso significa no exponerse a interminables escenas de violaciones, asesinatos, decapitaciones, atrocidades y horrores.
En última instancia, el libro del Dr. Nehls es esperanzador, ya que si entendemos el daño que causan en nuestros cerebros tanto las proteínas de pico como la pornografía del miedo, podemos encontrar formas de prospectarnos a nosotros mismos y a nuestras mentes conscientes. Aprecio las sugerencias prácticas que nos da el Dr. Nehls para hacer precisamente eso.
Da miedo que vivamos en una época en la que, como tan poderosamente señala el Dr. Nehls, hay una guerra en nuestro cerebro. Pero debe ser menos aterrador comprender lo que nos están haciendo, con la ayuda del Dr. Nehls, para que podamos proteger y fortalecer nuestra memoria autobiográfica y nuestro pensamiento crítico, y así podamos sobrevivir a este ataque con todo el espectro de nuestra inteligencia y nuestra humanidad … intacta.
Traducido por el Ms. Lic. Cristian Vasylenko