InícioespañolPor qué abandoné el marxismo – Parte II

Por qué abandoné el marxismo – Parte II

[Segunda parte de la entrevista con el Dr. Michael Rectenwald, ex comunista y ex profesor de la New York University, para el podcast Don’t Tread on Anyone, de Keith Knight. Vea la primera parte].

Keith Knight: Una de las maneras de refutar la posición marxista sobre quiénes son los explotadores, es que nos de un ejemplo de explotadores que no pertenezcan a la élite. El estado es el explotador porque se apropia de los recursos sin consentimiento o mediante el principio de apropiación originaria. ¿Puede darme un ejemplo de explotadores que no pertenezcan a la élite?

Michael Rectenwald: Un ladrón callejero es efectivamente un explotador que no pertenece a la élite. Alguien que multa tu automóvil por no llevar puesto el cinturón de seguridad, en realidad está actuando como un agente del estado. Son explotadores en el sentido de que cumplen las órdenes del estado. Por eso siempre he hablado de la idea de que en realidad no se puede señalar al estado como una entidad separada, como si fuera un objeto. Tiene tentáculos que se extienden por todas partes. Atrae a la gente hacia sí. Atrae al público a su propio cuerpo, y convierte a las personas en agentes del estado. Lo vimos durante covid. Vimos cómo el régimen de covid reclutaba a estas personas para que se convirtieran en agentes del estado. Gente que iba por ahí diciéndote que te pusieras la mascarilla, gritándote, diciéndote que te mantuvieras a dos metros de ellos, avergonzándote, afirmando que preferirían verte morir si querías ir al hospital y no te habías vacunado. Vimos cómo la Big Pharma actuaba como un agente del estado. Para ayudar al estado en su extensión de la coerción sobre el público a cambio del monopolio que obtuvo sobre las vacunas. Ésto le dio al estado mayores poderes de coerción. Así que cualquiera que me robe en la calle es un explotador. Cualquiera que me robe, cualquiera que tome mi propiedad sin mi consentimiento, es un explotador. No tienen por qué ser necesariamente de la élite.

Keith Knight: Por eso fue tan difícil para la derecha MAGA (partidarios de Trump, Make America Great Again) y los marxistas, que tenían una especie de alineación menor, en la que decían “sí, apoyamos a Trump porque Trump es anti-élite, es anti-establishment”. Así que ve a Black Lives Matter amotinándose y destruyendo las vidas de decenas de miles de personas, negocios que tardaron décadas en construirse, gente a la que le han violado sus casas y que ya no tienen una auténtica sensación de seguridad. Los marxistas dicen “bueno, no son la élite, así que no hay nada malo en ello”. Trabajo para construir este negocio y esta casa, ¿y luego un grupo de malhechores, que están furiosos con Derek Chauvin y la policía, destruyen mi casa?” Eso suena bastante explotador.

Michael Rectenwald: Y las casas de otras personas negras. Dispararon y asesinaron a diferentes personas negras. Asesinaron, creo, a 39 personas en total que se pueden atribuir a los disturbios de Black Lives Matter. Han robado e incendiado propiedades. De hecho, no son élites. Yo iría un poco más lejos, diciendo que creo, de hecho, que estas personas son soldados de infantería de una élite que quiere que hagan ésto.

Keith Knight: Ciertamente, Hannah Nicole-Jones y Matthew Desmond, del proyecto 1619, serían considerados élites. El problema con esta teoría marxista es: ¿cuál es su teoría general sobre por qué un pobre violador o un pobre asesino es una mala persona? No forman parte de las élites. Forman parte de la clase trabajadora con la que hay que unirse. Todas estas cosas son totalmente injustificables. El libertario, por supuesto, tiene el principio de no agresión y una respuesta a él. Pero limitarse a criticar a las élites significa “pobres asesinos, pobres violadores, pobres secuestradores, tenemos que ser amigos de toda esa gente, incluidos los pobres depredadores”.

Michael Rectenwald: Lo que hizo el marxismo con esta clase de gente fue agruparla en este grupo llamado lumpenproletariado, al que consideraban inútil para los fines de la Revolución. Así que tomaron a todos estos malhechores y dijeron: “Bueno, esta es una clase separada de personas”. No podían explicarlo, ese es el problema. Ésta es una clase separada de personas. Llamémosles el lumpemproletariado. Son sinvergüenzas inútiles que roban, asaltan y violan a la gente. No nos hacen ningún bien. Los izquierdistas a menudo adoptan este punto de vista y los ven como víctimas. Así que todos los que no son capitalistas o no forman parte de la llamada élite, son víctimas.

Keith Knight: Veamos el otro lado de esta ecuación cuando se trata, de falsear el punto de vista marxista. Deme un ejemplo de una élite beneficiosa en cualquier esfera de la sociedad.

Michael Rectenwald: Cualquier empresario que cree valor en el mercado y añada una innovación a nuestras vidas, es una élite realmente buena para la sociedad. No deberíamos obstaculizar las actividades de estas personas, porque acaban aumentando nuestra riqueza. Mejoran el estilo de vida y aumentan la riqueza de todos nosotros. Aquí hay diferentes elementos. En el mundo actual es difícil encontrar una élite pura que no esté de alguna manera afiliada al estado. Consideremos a Elon Musk. Él es, en un sentido, una élite natural. Pero en otro sentido, no lo es, porque ha recibido gran cantidad de subsidios para estos vehículos eléctricos –ciertamente subsidios del gobierno que sin duda han reforzado su riqueza. Así que es muy difícil encontrar una élite natural, pero creo que existen. Es sólo que no oímos hablar mucho de ellos; o cuando lo hacemos, son vilipendiados de alguna manera.

Keith Knight: Sólo el hecho de que puedan tener cierta connivencia con el gobierno; cualquiera que haya recibido alguna vez el seguro de desempleo, cupones de alimentos o cualquier beneficiario de la asistencia social, eso también los convertiría en parte del estado. Solicité asistencia social dos veces bajo covid. Me rechazaron las dos veces, posiblemente por mi propio bien. Pero con eso me encontré pensando: “Nunca solicitaría asistencia social, pero entonces perdí mi trabajo. Pensé: ¿cuántos años llevan quitándome 30% de mis ingresos? Sí, estoy intentando recuperar algo de asistencia social”. Así que simplemente no podemos descartar todos los logros de Jeff Bezos, que han aumentado dramáticamente la disponibilidad de productos y servicios para las personas con ingresos más bajos, debido a Amazon trabajando con el estado. Los hermanos Wright, que yo sepa, son dos trolls de patentes, a los que les gustaba utilizar al estado. Pero vamos, ¿dos dueños de una tienda de bicicletas nos dieron el avión, mientras competían con el proyecto Langley del gobierno? ¡Y le ganaron al gobierno en la creación de un aeroplano! No puede decirme que esa gente no son héroes.

Michael Rectenwald: Absolutamente, y estas personas en muchos casos son pisoteadas por el estado, y por la connivencia entre las corporaciones y el estado, porque a veces los grandes inventores se enfrentan al gran interés de estos carteles en impedir que tales inventos salgan a la luz. Estas personas son héroes o aspirantes a héroes. Incluso las personas que tienen éxito, como Bezos, como Musk, han creado mucho valor, y eso sin duda debe ser apreciado. Ésto vuelve a la idea de que el hecho de que la corporación sea grande, no la convierte en perniciosa; eso no ocurre.

Keith Knight: En cuanto a la teoría del valor-trabajo, ¿qué es desde el punto de vista marxista y qué es lo que los marxistas no entienden de la misma?

Michael Rectenwald: Piensan que todo valor es trabajo. Que el trabajo es la fuente de todo valor. Piensan que el valor procede directamente del tiempo de trabajo. Así, si yo trabajara ocho horas al día, estaría creando ocho horas de valor. Pero el capitalista toma cuatro horas de ese valor y las desvía como plusvalía que me extrae en el punto de producción. El marxista parte de la idea de que la fuente de todo valor es el trabajo. Evidentemente, ésto no es cierto. La fuente del valor está en los sujetos que valoran algo. El valor es subjetivo. No está estrictamente vinculado con el trabajo. De hecho, hay valor creado que requiere muy poco trabajo, y hay trabajo que no genera valor alguno.

Keith Knight: Por supuesto. Mila Kunis podría simplemente hacer una aparición VIP, lo que significa que va físicamente a una zona, y posiblemente le paguen U$S 100.000. Considere que yo pasé muchas más horas trabajando en esta entrevista, y no me compensaron del todo. Pero hay toneladas de trabajo en ello. Especialmente cualquier empresario le dirá que hay toneladas de trabajo que han hecho, y por el que no han sido totalmente compensados. El problema con ésto es que no se centran en el lugar correcto. Dicen que el empresario no añade valor. Se limitan a explotar el trabajo, aunque el empresario tenga la idea de qué producto o servicio vender, dónde venderlo, a quién contratar, cómo formar a los empleados, cómo expandirse, cómo invertir los recursos. Dicen literalmente que el núcleo de esta operación no es realmente importante. ¿Dónde preferiría estar? Lo dejo en una sociedad. ¿Le gustaría que en esa sociedad hubiera un montón de empresarios capitalistas compitiendo por su valor, o que no hubiera ninguno de esos explotadores? Puede ver claramente que cuando los explotadores compiten entre sí, en realidad Ud. puede obtener beneficios de ello.

Michael Rectenwald: Cuando me estaba desprogramando y saliendo del marxismo leyendo a Mises, me dejó muy claro que las personas reales que controlan los procesos productivos son las personas que compran cosas. De hecho, controlan los medios de producción, porque son los consumidores quienes determinan qué recursos se utilizarán realmente y con qué fin, basándose en su voto en el mercado para comprar estos bienes. Una de las primeras cosas que me hicieron darme cuenta de ésto es que, en primer lugar, no es la clase capitalista per se la que controla los medios de producción como tales. En segundo lugar, las principales virtudes del socialismo se ven completamente socavadas por el hecho de que no existe el socialismo democrático. El proceso más democrático es el mercado, porque allí uno vota lo que quiere. En el socialismo, lo que ocurre es que los bienes son dictados por la clase burocrática o de élite, que determina realmente lo que se produce, cuánto costará, etcétera. Así que el socialismo es en realidad el proceso más antidemocrático imaginable. Se convierte en una dictadura sobre la producción. Es un esquema de monopolio. El socialismo no es más que un esquema de monopolio.

Keith Knight: El otro defecto de la teoría del valor-trabajo es que significa que, de acuerdo con cualquier comité soviético que acabemos teniendo bajo el comunismo, todo trabajo voluntario debe ser prohibido. Porque el trabajo voluntario significa trabajar por 0 dólares la hora, en beneficio de otra persona. Eso es explotar su trabajo. Los libertarios, por supuesto, ven que ésto es totalmente legítimo. Pero los marxistas también toleran cosas como la esclavitud y el reclutamiento militar porque, después de todo, les pagan. De los 4,8 millones de soldados de la primera guerra mundial americana, 2,8 millones fueron reclutados, 116.000 muertos, a lo que los progresistas dicen “Bueno, les pagaban, así que no era realmente esclavitud”. Se puede leer la Narrativa de la vida de Frederick Douglass, en el que habla de cómo los esclavos recibían una paga semanal. Cualquiera que mirara eso y dijera “Oh, supongo que la esclavitud no era tan mala, ¡se les compensaba con comida gratis, vivienda gratis, refugio gratis, y una asignación! De hecho, eran un montón de mocosos mimados”. No! Si se centra en el aspecto del consentimiento, nada de ésto es tolerable.

Michael Rectenwald: No tienen propiedad sobre sí mismos, que es la primera y principal forma de propiedad de la que depende todo lo demás. Si no tienes propiedad, eres un esclavo. Y sin propiedad, no puedes utilizar tu trabajo para los fines que quieras. Gene Epstein lo subrayó muy claramente: eres libre de crear una empresa sin fines de lucro en un sistema de libre mercado. No necesitas obtener beneficios. Si quieres ser socialista, puedes ser socialista en un sistema de libre mercado. No tienes que obtener beneficios. Crea una empresa sin fines de lucro. Nadie te dice que no puedes.

Keith Knight: Sí, mi tienda favorita, WinCo Foods, es propiedad de sus empleados. También me gusta Changing Hands Bookstore; se supone que son en parte propiedad de los empleados. No tiene nada de malo. Es sólo otra libertad de contratación. Cuando se trata de beneficios y pérdidas, los marxistas dirán que el trabajador tiene derecho a los beneficios porque trabajó para ello, y los capitalistas no hicieron el trabajo –aparte de tener la idea de qué vender, dónde venderlo, etc. Pero nunca aplican ésto a las pérdidas. Pero nunca aplican ésto a las pérdidas. Si una empresa tiene pérdidas, ¿tienen los trabajadores que empezar a sacarlo de su bolsillo y ponerlo sobre la empresa? Dicen que no. Si hay pérdidas, los trabajadores son totalmente inocentes, porque nunca estuvieron de acuerdo. Pero si alguna vez hay beneficios, pues hay que confiscarlos y redistribuirlos. ¿De dónde viene eso?

Michael Rectenwald: Es sólo otro agujero en el edificio marxista. Es otra grieta en el edificio marxista. Simplemente miran los beneficios de las corporaciones, empresas o emprendimientos de cualquier tipo, y dicen que todo tiene que ser redistribuido. Las pérdidas son algo que creen que forma parte del capitalismo, y demuestran la naturaleza despiadada y el carácter aleatorio de este sistema anárquico. Marx dijo que habrá un número de personas de la burguesía con la consolidación del capital que serán empujadas a la clase proletaria. Así que simplemente lo ven como parte del proceso de la naturaleza implacable del capitalismo, donde algunas personas fracasarán total y miserablemente y serán igualmente relegadas al fondo del proletariado.

Keith Knight: Cuando se trata de la propiedad colectiva o la toma de decisiones democrática, dicen: “Muy bien, hemos confiscado Amazon a Bezos, y ahora todos los trabajadores son dueños de Amazon, por así decirlo”. Teniendo en cuenta las deficiencias de esta idea de que todos tengan la misma voz, ni siquiera parece que ésto sea beneficioso. Los ignorantes sin experiencia tienen tanto que decir como los experimentados. Ni siquiera veo el beneficio de la propiedad colectiva, incluso si sus sueños más salvajes se hacen realidad. ¿Cuáles son algunos de los defectos de la propiedad colectiva o de la toma de decisiones democrática?

Michael Rectenwald: En primer lugar, la asignación de recursos no será fructífera en absoluto. No será productiva. Destruirán los procesos productivos de la sociedad al no invertir en las cosas adecuadas en el momento adecuado, al no producir más capital. A la larga, ésto erosiona la base de capital, porque no hay nadie que dirija el capital hacia la producción de riqueza. En una analogía muy sencilla: la economía no es un pastel que se corta y se distribuye; la economía es un horno para hacer pasteles. Si tomas el horno y lo desmantelas, no tendrás nada. Si desmantelamos la base de capital, no tendremos ningún motor para producir la riqueza que la gente necesita. Ese es su verdadero defecto. Su defecto es que el capital se marchita efectivamente en estas circunstancias, y la producción de riqueza disminuirá drásticamente, incluso hasta el punto del colapso. Eso es lo que ha ocurrido.

Keith Knight: Simplemente no veo el atractivo de los argumentos en los que la gente dice: “Bueno, según los estudios, 80% de la gente apoya esta ley, y por eso deberíamos ampliar la Seguridad Social, tener ésta o aquella legislación”. La mayoría de la gente ignora completamente estas cuestiones. Es como decir “80% de los pasajeros del avión votaron a favor de volar de esta manera”. La razón por la que tengo uan laptop genial no es porque haya habido una votación democrática. Fueron Steve Jobs y algunos cómplices, con mucha gente, los que los contrataron. Así es como conseguimos los grandes automóviles y aviones innovadores, y también las grandes innovaciones en sanidad. El intento marxista de odiar a los productores y amar a los parásitos es sencillamente chocante. A menudo dirán que el problema de estas empresas es que tienen intereses propios. Es otro caso en el que dicen que ésto es técnicamente cierto, pero no entienden las implicaciones. ¿Puede darme un ejemplo de personas o grupos sin interés propio en el planeta Tierra, que existan hoy o hayan existido?

Michael Rectenwald: En realidad, los únicos que se me ocurren están muertos y enterrados. No hay personas que no tengan interés propio. Incluso los marxistas lo admiten. Cuando hablan de sindicalizar o colectivizar la mano de obra para quitar salarios y beneficios al capitalista, ése es un grupo con intereses propios. Intentan decir que el interés propio es malo, pero luego participan en él. Están dispuestos, en su propio interés, a ponerte una pistola en la cabeza para conseguir tu riqueza, utilizando al estado como medio para hacerlo.

Keith Knight: Exacto. Cada vez que ven Netflix o YouTube y no construyen casas para la gente pobre de Haití, están actuando por interés propio, acaparando su potencial excedente social de la gente que más lo necesita. Es una especie de ignorancia racional. Eso siempre existirá. Cuando dicen “Bueno, necesitamos que el pueblo decida ésto por votación electoral”. Es tan caro en tiempo y esfuerzo educar sobre agricultura, sanidad, escolarización … En todos los aspectos lleva tanto tiempo, y sólo se puede tener un voto de 10 millones entre dos sinvergüenzas –y sabe Dios si los votos realmente cuentan. Nadie lo va a hacer. Es completamente ridículo pensar en procesos democráticos a gran escala. ¿Hay más razones para ser escépticos sobre la democracia o la toma de decisiones colectiva?

Michael Rectenwald: La democracia consiste en que tres personas digan que debes morir, tú tienes un voto y ellos aprietan el gatillo. Eso es realmente lo que importa. La democracia es incompatible con la libertad. Significa que la mayoría puede determinar lo que haces o lo que dejas de hacer. Ésto anula tus derechos. Anula totalmente tu libertad. Es totalmente incompatible con el libre albedrío y con la libertad.

Keith Knight: Tres preguntas más para Ud.

Michael Rectenwald: ¿Puedo hacerte una al final?

Keith Knight: Sí.

Michael Rectenwald: No será difícil. Es algo que me interesa entender.

Keith Knight: ¡Ah, así que es usted una persona interesada! Sólo he oído rumores sobre la existencia de este tipo de personas. Digamos que soy socialista y quiero que la gente tenga movilidad de ingresos en Estados Unidos. ¿Qué me dice usted? ¿Por qué debería apoyar el libertarismo si quiero que la gente tenga movilidad de ingresos? Movilidad ascendente. Quiero que los pobres puedan hacerse ricos.

Michael Rectenwald: Eso simplemente no va a suceder bajo el socialismo. En primer lugar, porque no permite que la gente se haga rica. Porque elimina las llamadas capacidades de apropiación o explotación desde el principio. Quiere ser este gran nivelador, lo que significa que no hay adónde ir. Pretende utilizar al estado hasta hacerlo desaparecer, para llevar a cabo esta expropiación que lo deja incapaz de mantenerse en pie. La verdad es que el bienestar social instituido por el estado, en realidad disminuye el bienestar social en general. Es todo lo contrario. Hace lo contrario de lo que dice hacer. El bienestar aumenta todas las cosas que dice mitigar, como la pobreza, la falta de vivienda, la drogadicción, lo que sea, cualquier tipo de penuria o debilitamiento. De hecho, el socialismo produce lo que supuestamente pretende reparar.

Keith Knight: Lo que podemos admitir es que el estado y su extensión, el socialismo, o la agresión institucionalizada contra la propiedad privada, son parasitarios. Si quiero movilidad de ingresos, ¿por qué debo apoyar al libre mercado? Si quiero que los pobres aumenten su nivel de vida, ¿por qué debería apoyar el libre mercado?

Michael Rectenwald: En primer lugar, puede sonar como un cliché, pero en un mercado libre se produce más riqueza que en uno que no lo es. Se producirá riqueza porque habrá más acumulación de capital. Y cuando se tiene más acumulación de capital, se amplían los procesos de producción, lo que conduce a mejores procesos y a la producción de riqueza, y más cosas se abaratan, y más y más baratas cuando no interfieren en ellas el gobierno federal, el gobierno estatal o el banco central. Tendríamos un enorme aumento de la riqueza si no fuera por el estado y el banco central. Sería increíble. Una marea creciente levanta todos los barcos. Eso es muy cliché, pero es cierto.

Keith Knight: Absolutamente. Los ejemplos de Corea del Sur y del Norte, Alemania Oriental y Occidental, lo vemos todo el tiempo. Cuanto mayor sea el acceso al libre mercado, mejor será la situación del ciudadano medio. Por último, una de las objeciones que hacen constantemente los estatistas socialistas es “¿quién protege al trabajador y al consumidor en una economía de mercado?” ¿Cómo responde a eso?

Michael Rectenwald: En una economía de mercado hay autoprotección porque hay contratos libres. En el mercado libre puedes rescindir un contrato en cualquier momento. Si crees que te están explotando, o que podrías hacerlo mejor en un puesto diferente, o en una empresa diferente, eres libre de hacerlo. Si crees que podrías hacerlo mejor como empresario, eres libre de hacerlo. Eso es lo que te protege. En realidad, lo que te protege es tu propio interés. Sin interferencias, sin intervención, tu propio interés puede funcionar libremente. Pero bajo el intervencionismo, bajo el estatismo, tu interés propio no puede operar libremente. Te roban el producto de tu producción, te roban tu libertad y, para empezar, te roban tus derechos de propiedad. Y si se llega a un comunismo estatista en toda regla, te robarán totalmente tu propiedad.

Keith Knight: Muchas gracias por dedicar su tiempo a esta entrevista. ¿Cuál es su pregunta para mí?

Michael Rectenwald: Algunas personas me han dicho –no daré nombres– que no es necesario que un candidato presidencial libertario sea capaz de articular cosas así. Que no es necesario hablar al electorado de Murray Rothbard o de Hans-Hermann Hoppe. Que de todos modos son demasiado estúpidos para entenderlo. Que ese no es nuestro papel. Nuestro papel es básicamente soltar slogans y hacer que se sientan atraídos en virtud de nuestro carisma y todo eso. ¿Qué opina usted?

Keith Knight: Creo que soltar slogans o cualquier frase en un sticker en un automóvil puede sin duda atraer a la gente. Lo que creo que realmente encenderá la conciencia de clase que necesitamos es una comprensión adecuada de las ideas de Ludwig von Mises. Explicando cosas como en su libro Planning for Freedom. Simplemente manteniendo vivos estos mensajes: que los salarios suben como resultado de la competencia y la inversión de capital. Cualquiera que pueda hacer que eso sea cool, es alguien que necesitamos. Cualquiera que pueda tomar La anatomía del estado, de Murray Rothbard, y resumirla en una o dos frases tiene muchas más posibilidades de crear un efecto duradero en la gente, que al menos escuchará la definición de capitalismo, socialismo y comunismo descrita por Hope en Una teoría del socialismo y el capitalismo. Ésto es de vital importancia. Los slogans sin duda atraerán a la gente, y puede que así recuerden la idea. Pero la razón por la que esta absorción de los rothbardianos por el Partido Libertario era tan vitalmente importante, es para que realmente pudiéramos difundir estas ideas a tanta gente como fuera posible. Cuando Ud. y yo nos conocimos en Chicago, justo cuando lo miré dije “si él es el tipo que puede mantener vivos a von Mises, Rothbard, Hoppe, Bastiat y Spooner, es el tipo con el que me voy”. Creo que es de vital importancia no sólo atraer a la gente, sino también mantenerla a largo plazo.

Michael Rectenwald: Por supuesto. Muchas gracias. Eso es lo que yo también pienso. Creo que hay que ser capaz de articular estas cosas con la gente, conocerla íntimamente y comprenderla de verdad. También creo que haber sido marxista me da una ventaja. No es una desventaja, porque me permite saber lo que piensa esta gente, cuáles son sus premisas. Entonces, haberme educado en la Escuela Austriaca me mostró lo que estaba mal con los marxistas, por qué son tan fatalmente defectuosos.

Traducción: Ms. Lic. Cristian Vasylenko

Michael Rectenwald
Michael Rectenwald
é autor de onze livros, incluindo Thought Criminal, Beyond Woke, Google Archipelago e Springtime for Snowflakes.
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