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Ideología del cambio climático antropogénico

La ideología del “cambio climático antropogénico” como mecanismo complejo de control

Los precedentes históricos de considerar al clima como arma de control, y las implicancias que la ideología del “cambio climático antropogénico” tiene en este sentido, son obviadas o negadas intencionadamente.

Rápidamente se presenta un enorme obstáculo, y es su principal argumento: “Estamos inmersos en un catastrófico proceso de calentamiento global ó cambio climático, producido por la excesiva emisión y acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre, debida a la actividad humana, en especial la combustión de hidrocarburos fósiles”.

Resulta que las temperaturas en la superficie terrestre son medidas sistemáticamente desde 1850. Según quienes fabrican y promueven la ideología del “cambio climático antropogénico”, estos 173 años son “toda la historia del mundo”. Omiten todos los rastros de catástrofes previas por milenios, incluidas obviamente las climáticas.

Por otro lado –y aquí está el núcleo del asunto–, se lo califica como “antropogénico”. Además de que está suficiente y científicamente comprobado que, salvo las explosiones atómicas y nucleares, nada que el hombre pueda hacer tiene la capacidad de provocar un “cambio climático”, ¿cómo pudieron ser “antropogénicos” los fenómenos climáticos de muy elevadas temperaturas durante milenios, antes de existieran los hidrocarburos y las máquinas de combustión, desde que se miden sistemáticamente las temperaturas climáticas? Se trata entonces NO del “cambio climático antropogénico”, sino de “un proceso climático natural”.

El objetivo públicamente declarado de los mandatos de esta ideología es “combatir el cambio climático antropogénico”, pero ocurre que su falaz argumentación y su metodología revelan objetivos muy diferentes. Aquí vale la pena aclarar que el énfasis tan marcado en “la protección de la casa común” –la Tierra– es una antigua meta de estrictísima raigambre masónica.

Desde David Hume (S. XVIII), hasta Fritz Heider y Marianne Simmel, del Smith College de Massachusetts, se conoce que el ser humano “humaniza” para entender cosas que de otra forma carecen para él de sentido –lo que no significa que no lo tenga, sino que el tal es desconocido. “Nuestro trabajo demostró que el deseo de encontrarle sentido a algo que resulta impredecible, lleva a la gente a asignar características antropomórficas, lo que le otorga aparente control. Ésto puede ser subjetivamente útil, ya que se gana sensación de previsibilidad y comprensión sobre lo investido con caracteres antropomórficos por lo que, independientemente de que el fenómeno sea realmente comprendido, proporciona una sensación psicológica de alivio. Pero, tal como está planteado, exacerba el comportamiento irracional, tanto más peligroso cuanto más extendido”.

Los hábiles grupos de poder han pergeñado “el cambio climático antropogénico”, tiñéndolo ideológicamente de forma amedrentadora –demostrando gran habilidad–, paquete que después es ampliamente difundido como “conocimiento científico”. Por si faltaba, resulta ser que la investigadora científica Katina Kulow y sus colegas de la Universidad de Louisville indican que nuestro sesgo antropomórfico está en el origen de nuestras deidades religiosas –lo que los antiguos llamaban “’ídolos”. ¿A un pedazo de roca espacial, con abundante vida creada y puesta allí deliberadamente por el Creador, llamarle “madre tierra”?

Volviendo a la realidad, el Ing. Sup. Gerardo Del Caz, del gabinete del Ministro de Industria de España, y de la Fundación de Altos Estudios Estratégicos afirma: “Carece de sentido considerar los niveles de CO2 como una amenaza para la existencia de la vida, cuando a lo largo de la historia del planeta la concentración de CO2 en la atmósfera ha sido incluso cinco veces superior a la actual, sin que por ello la vida humana haya estado en peligro, y sin que se haya demostrado la causalidad entre dichos niveles de CO2 y las temperaturas medias del planeta. Es vital reconocer que las fluctuaciones climáticas son intrínsecas a la historia de nuestro planeta, y no todas las variaciones se traducen en consecuencias negativas para la humanidad. La declaración de emergencia busca en realidad incrementar los poderes del estado para actuar sobre las actividades diarias de la población e imponer un marxismo moderno, en tanto y en cuanto se podrían controlar y dominar los medios de producción. En este caso, el gobierno o las autoridades de turno podrían limitar la actividad con medidas fiscales o mediante el estrangulamiento de la oferta de productos energéticos, elevando el costo de acceso a la energía y reduciendo su uso. En realidad, lo que necesita el planeta es justo lo contrario: más energía, y energía más barata”.

Éstos son los “bienintencionados” mandatos de la ideología del “cambio climático antropogénico”:

  • “Drástica reducción de las emisiones de GEI en sus fuentes”: no relevante ni pertinente; sus efectos serían virtualmente imperceptibles frente a la gigantesca masa atmosférica y su dinámica permanente; con lo que de haber “efecto invernadero”, NO es por los “GEI”.
  • “Descarbonización de la economía global”: de importancia crítica es que el dióxido de carbono (anhidrido carbónico, CO2) es IMPRESCINDIBLE para toda forma de la vida sobre la tierra, y reducir su existencia amenazaría muy seria y especialmente a la vida humana.
  • Investigación y apoyo a soluciones descentralizadas y “justas” como:
    • Agroecología: el agro moderno siempre ha sido factor de progreso; en nombre de la “agroecología”, un presidente ecologista provocó en 2021 la muerte por hambruna de 25% de la población de Sri Lanka (“bienintencionado”, pero genocidio).
    • Transporte público eficiente y generalizado: independientemente de esta ideología, y siempre que sólo se refiera al transporte público de superficie, se trata de un permanente interés económico, suficiente motor en los países desarrollados, sin necesidad de “mandatos morales superiores” de carácter coactivo, subsidiados siempre con fondos provenientes de los impuestos (el dinero de otros).
    • Sistemas de energías renovables de propiedad colectiva y pública: insostenible desde el análisis económico (imposible sin subsidios fiscales, financiados éstos con los impuestos) y de los derechos de propiedad en general; insostenible desde el análisis energético; e insostenible desde el análisis medioambiental, si han de respetarse los pruritos ambientalistas.

Control global

La ideología del “cambio climático antropogénico” está volviendo al Mundo dependiente de la “regulación” global del clima por parte de la élite globalizadora, compuesta principalmente por gigantes financieros transnacionales sumamente poderosos, en connivencia con los poderes políticos totalitarios.

Toda forma de vida terrestre estará sometida a sus nefastas consecuencias. En especial, todo ser humano y empresa quedarán sometidos al imperativo de calidad “moral” de la descarbonización. Dado que este movimiento es de carácter ideológico, desde el año 2015 y después de una “ventana de Overton” de al menos tres décadas, el planeta viene siendo descaradamente adoctrinado (“sensibilizado”) a todos los niveles, pero especialmente entre los más jóvenes.

Al decir “gigantes financieros transnacionales”, se dice grupos como BlackRock y Vanguard. Se estima que en el Mundo circulan U$S 30 billones en activos financieros, de los que BlackRock y Vanguard administran U$S 10 billones cada uno. Si se entiende, el agregado concentra dos tercios de los activos financieros del planeta, y su correspondiente acceso al financiamiento.

Asimismo, desde el año 2015 vienen implantándose elementos de carácter sumamente coercitivo, especialmente a nivel corporativo. Al efecto, ya se han introducido la ideología “woke” bajo la forma de “moral superior de diversidad, equidad e inclusión” (DEI), lo que requiere de procesos de calificación corporativa para el acceso tanto a las instituciones de financiamiento (del sistema financiero bancario y del Mercado de Capitales), como el acceso a gran cantidad de los países “desarrollados”. Para ello, debe superarse la “imprescindible” calificación como “inversión socialmente responsable”, lo que es instrumentado mediante la evaluación ESG (Environmental, Social and Governance) o de “triple impacto”.

Es decir: su cumplimiento ya está siendo supervisado y controlado por la regimentación de la policía de los ”objetivos de desarrollo sostenible” (ODS). El argumento de la “emergencia climática” ha contribuido a generar ingenua convicción sobre la supuesta inevitabilidad en la imposición de sus mandatos y su control, lo que sirve para ocultar a plena vista las muy graves y serias restricciones sobre las libertades y otros derechos de los individuos y de las empresas, imponiendo al mundo semejante presión para que “acepte” tales mandatos a gran escala. ¿U$S 37.000 billones en 6 años, para financiar el cumplimiento de los ODS de la Agenda 2030? ¿Aquí es donde pretenden terminar de arruinar la economía del planeta, aplicando la Teoría Monetaria Moderna, idealmente mediante la supresión del efectivo e implantando el uso obligatorio de la moneda digital de la banca central (CBDC); es decir, estafa globalista mediante la falsificación masiva e irrestricta de dinero [as much as you wish]?

Téngase muy presente que, en la cumbre del G20 llevada a cabo en Nueva Dehli entre el 9 y 10 de Septiembre pasados, la ministra india de Finanzas, Nirmala Sitharaman, confirmó que los miembros del G20 están trabajando para establecer un marco para la criptomoneda global mediante la utilización de la IA, manteniendo como objetivo alcanzar los 17 ODS establecidos por la ONU para fomentar la paz y la prosperidad en todo el mundo. Es más: según Christine Lagarde, presidente del Banco Central Europeo, el 1° de Noviembre próximo comienza la fase de preparación de la CBDC del BCE, aclarando que el anonimato ya “no es una opción viable”la CBDC será programable, hasta el punto de poder aplicársele fecha de caducidad. La moneda digital codificada podrá ser cancelada por decisión política. Sin dudas, los poderosos exhiben sus intenciones con absoluta claridad. Es decir que, a pesar de toda la propaganda favorable, y mientras que el dinero cash permite todo el anonimato que se desee, la CBDC dejará un claro y unívoco rastro informático, lo que permitirá a las autoridades el total control sobre todas las transacciones. Y he aquí la palabra clave: control.

Como antecedente sumamente válido, demostrativo de la efectividad de estos grupos de poder, hace sólo tres años y aplicando ingeniería social, socialista, globalizada y globalista, de forma sumamente coercitiva, a dos terceras partes de la población del planeta se le impusieron confinamientos, uso de mascarillas, “distancia social de seguridad” y hasta pasaportes covid. Pareciera suficiente demostración de fuerza el ejercer coacción mediante el terror y lograr control de masas.

El amplio despliegue exigido por la ideología del “cambio climático antropogénico” requerirá de una vigilancia constante y universal del comportamiento de los individuos y de las empresas, del tipo “sistema de crédito social”, el que ya se encuentra en aplicación con diferente intensidad y cobertura en distintas partes del Mundo, y cuya tecnología está completamente madura (del tipo State-of-the-Art). El SCS es implementado mediante la masiva digitalización instantánea de datos, como identificación documental individual (del tipo pasaporte digital, historia clínica digital, pasaporte vacunal, etc.), identificación documental de vehículos, identificación facial y biométrica general y de voz, identificación de posición geográfica y de desplazamiento doméstico e internacional, e identificación de los movimientos financieros de fondos, entre los más importantes. Ésto a su vez permite el control total e instantáneo de las actividades y permisos de todo individuo incluido en ese sistema. Inevitables instrumentos de recolección de información y efectores de control individual pasan a ser el computador personal, el teléfono celular, los sistemas GPS en dispositivos y vehículos, los sistemas de voz e imagen, y el sistema financiero bancario, el que incluirá a la CBDC –tan mentada como “ideal”, según los poderosos.

El historiador James Fleming explica que, si algo o alguien obtiene semejante tipo de control, el mismo será utilizado para ejercer control sobre las masas. Por lo tanto, más que un intento por resolver la llamada “crisis climática”, la ideología del “cambio climático antropogénico” es un asalto de poder y control globales, y sus mandatos constituyen su armamento estratégico.

Persecución global

El 4 de Octubre de 2023, el papa Francisco publicó su “exhortación apostólica Laudate Deum”, dedicada a “la crisis climática global”, y a sus “indudables causas humanas”. “Ya no se puede dudar del origen humano –‘antrópico’– del cambio climático”. Sumamente ideológico y sumamente grave, por tratarse de quien se trata.

La Voz de América, citando a Associated Press, afirma: “En una actualización de su histórica encíclica de 2015 sobre el medio ambiente, el papa Francisco aumentó la alarma sobre el daño ‘irreversible’ que se ha causado ya a la población y al planeta”.

El sociólogo y escritor español Itxu Díaz dice: “El totalitarismo verde avanza sin descanso, oculto en planes como la Agenda 2030, oscuros respaldos de las grandes corporaciones y grandes instituciones de la política mundial, como el Partido Demócrata de los EE.UU. al completo. ‘Catorce ciudades estadounidenses importantes son parte de una organización climática globalista conocida como el Grupo de Liderazgo Climático de Ciudades C40, que tiene un objetivo ambicioso para el año 2030: 0 kg de consumo de carne, 0 kg de consumo de lácteos, tres prendas de vestir nuevas por persona al año, 0 vehículos privados en propiedad, y un vuelo de ida y vuelta de corta distancia (menos de 1.500 km) cada tres años por persona’, relata Evita Duffy-Alonso en The Federalist [en épocas de la comunista Unión Soviética, a ésto se lo denominó ‘infraconsumo planificado’]. ‘Los activistas climáticos abogan también por confinamientos, de la misma manera en que se los aplicó con el covid, pero ahora meritoriamente ‘climáticos’. Las ideas que han surgido para un confinamiento climático van desde encerrar a las personas en sus hogares y restringir los viajes aéreos, hasta proporcionar una Renta Básica Universal e introducir un tope de ingresos”. Lo dicho: provocar la quiebra económica intencionada del planeta entero. Pero quiebra globalista. Con la Agenda 2030 y sus ODS con DEI y ESG exitosamente cumplimentados [si es que a tal catástrofe, ésta sí antropogénica, puede llamársele “exitosa”] … Creo que en algún lugar puede leerse “Arrojarán su plata por las calles, y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor del Señor”. Cierto, cierto: es en el Libro del Profeta Ezequiel 7:19.

“Detrás del C40 está el WEF (Foro Económico Mundial), gente por la que nadie ha votado, y que
–tal como puede verse a diario– mete mano a placer en instituciones políticas internacionales, violentando soberanías e introduciendo su doctrina totalitaria de extrema izquierda aquí y allá. Como líderes poderosos que son, los de Davos saben encontrar las grietas del sistema por las que introducir su veneno de evidente inspiración comunista”.

Volviendo al papa Francisco y su última “exhortación apostólica”, dato nada menor es que en su punto 35 se refiera a los “derechos humanos elementales”. Así que la ideología del “cambio climático antropogénico” no sólo tiene “carácter moral superior”, sino que ahora ha sido investida por el papa con el tipo de dogma religioso. “Dogma religioso del cambio climático antropogénico que aflige a la madre tierra” –no siendo aquí “dogma” ni “religioso” calificaciones peyorativas en absoluto.

 

 

En el punto 42 y aledaños, se evidencia claramente la aspiración a un gobierno mundial, para asegurar una “tutela mundial” que bregue por derechos humanos: plan de cuño netamente masónico.

En su punto 44 cita a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Y aquí el asunto adquiere su máxima gravedad. Según las Naciones Unidas, la violación de los derechos humanos –la transgresión del “Dogma religioso del cambio climático antropogénico que aflige a la madre tierra” sería considerada como tal– es un delito de lesa humanidad. Acusación de terrorismo climático, punible in extremis con la pena de muerte. Ésto tampoco es peyorativo. Mas es gravísimo.

Empero, la Esperanza del Rescate del ser humano NO provendrá de ningún “Dogma religioso del cambio climático antropogénico que aflige a la madre tierra”. No provendrá de ninguna mano humana. Tal como registra Mateo Apóstol 24:33, nuestro Rescatista, el Señor Jesucristo, nos anticipó: “Cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas”. Bueno, los poderosos del Mundo han determinado que “estas cosas” sean en nuestra generación. Con lo que nuestro Rescatista determina que se terminó el Tiempo de Gracia. El Rescate ya está en aprontamientos.

Mas una vez instalado este control planetario absoluto sobre masas e individuos, y cuando nuestro muy ansiado Rescate no esté aún a la vista, una tremenda prueba deberá ser superada por cada individuo. Por todos y cada uno. Cuando las guerras, cataclismos y catástrofes sobrevinientes que antecedan a nuestro Rescate, sean imputados a los violadores del “dogma religioso del cambio climático antropogénico que aflige a la madre tierra”. Cuando se vean coaccionados a la obediencia por los poderosos de este Mundo, con claro e inminente riesgo para sus propias vidas. Cuando se les imponga decidir, a todo o nada, entre obedecer por fe y a conciencia la Verdad de los Mandatos de Dios; u obedecer a las exigencias que serán dictadas en nombre del “dogma religioso del cambio climático antropogénico que aflige a la madre tierra”. Exigencias éstas “reveladas” por dioses falsos –porque sí, ya están apersonándose en la tierra falsos dioses, que incluso “descenderán de los cielos y harán maravillas sobrenaturales, no sólo en nombre de Dios, sino haciéndose pasar por Dios”–, ¿qué decisión será tomada por cada individuo? Téngase muy presente que Dios ya proveyó nuestro Rescate, pero no llegará antes. El Universo creado, observa.

Cristian Vasylenko
Cristian Vasylenko
é economista da Escola Austríaca de Economia; analista político e econômico e empresário; com bacharelado em Administração de Empresas, mestrado em Finanças Corporativas e pós-graduação em Estratégia.
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